Las sagradas escrituras nos presentan la sanidad divina como provisión de Dios para todos los creyentes. La enfermedad y la muerte son señaladas consecuencias de la caída del hombre. Cristo, al reconciliarnos con Dios, mediante la fe en su sacrificio expiatorio, llevo nuestra enfermedad. No obstante, su obra salvífica, en lo que a la sanidad se refiere, se ha cumplido parcialmente, porque, aunque liberados de las enfermedades que son producto del pecado original heredado por todos los hombres, todavía como resultado de nuestra naturaleza humana caída, padecemos las enfermedades. Llegará el momento en la culminación del plan redentor de Dios para la humanidad, en que el pecado desaparecerá en el nuevo mundo deDios, seremos libres totalmente de esos sufrimientos.
Ante dichas enfermedades, por medio de nuestra fe en Jesucristo, podemos experimentar curación, siempre y cuando nuestra enfermedad no sea el resultado de nuestra desobediencia o impiedad y requiera confesión de nuestra parte. También puede Dios permitir alguna condición de afección física para nuestro crecimiento espiritual. A laiglesia de Cristo se le ha conferido la facultad espiritual de proclamar y extender la curación divina a todas las personas.
En el pasado, a través de los profetas en el antiguo testamento, y en la iglesia primitiva por medio de los apóstoles, la sanidad divina fue una realidad. Para hoy, el propósito de Dios no ha cambiado y desea hacer participe a sus criaturas humanas de sus bondades; y la sanidad divina es una de ellas.
Martes: Oración 7:30pm
Viernes: Estudio Bíblico 7:30pm
Domingo: Alabanza y Adoración 11:00AM